Vago Flores

8 de jun de 20141 min.

Atrapa-sueños

Actualizado: 16 de nov de 2020

Estoy de nuevo frente a la pantalla. Intento llenar una página en blanco. Siempre la misma. Por más que escriba sé que siempre habrá una más, que me mira, que se burla. Esfuerzo mis dedos por escribir rápido, pero la lógica me hace lento. "Eso no va así, Vago. Te volviste a equivocar. Corrige. ¿Qué te pasa?", e intento ignorarla. No me deja.

La lluvia sigue golpeando la ventana, como intentando entrar, perturbarme. "No pasa nada… No pasa nada", me repito. Ese es el problema: no pasa nada. Por mucho que lo intente, no pasa ni pasará nada. Porque sólo estoy acostado, suponiendo escribir algo que valga la pena, pero al final no es más que otra entrada en un blog que pocos leerán, que puede no llevarme a ningún lado.

"¿Y si pasa?", me engaña una voz en mi nuca. Volteo para asegurarme de estar solo. Sólo mi imaginación. "No, no. Aquí estoy". Me separo de la almohada. ¿Quién es?. "Aquí estoy, ¿no me ves?". No lo veo. Levanto las sábanas, la colcha: nada. Aviento los cojines y se queja un "¡Ay!". Lo he escuchado antes. Suena igual a mí. ¿Soy yo? "No, no. No soy tú". Entonces, ¿quién es? "A quien quieres matar".

No vuelve a hablar.

Me vuelvo a acomodar. Retomo la posición frente a la pantalla. Veo la página. Ya no es blanca.

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