Vago Flores

15 de jun de 20141 min.

Ésta va por todo lo que nunca haremos…

Actualizado: 16 de nov de 2020

Ya no pudo más. Tomó sus cosas y salió corriendo. Él se dio cuenta que olvidó algo: una carta. Arrugada, yacía debajo del escritorio de la joven.
 

 
¿Qué pudieron escribirle para jugar así con sus sentimientos? ¿Quién pudo…?
 

 
Seré tan breve como pueda. Aún recuerdo esas tardes sin hacer nada, en que tanto compartimos; el viaje de mochileros nunca cumplido; el nombre del cachorro que no te regalé… Culpa a tu madre de ello.
 

 
Sí, tampoco he olvidado la noche con velas y el incienso… No te preocupes, mantendré la promesa de no volver a usarlo. Mi cuarto aún apesta a él. A ti…
 

 
Pero, sobre todo, siguen vivas las peleas a medianoche. Siguen sangrando las heridas que me gritaste. El corazón que se rompió…
 

 
Recuerdo y no olvido… Pero sigo vivo. Por eso es que tengo que decirlo: ya no te amo. Por todo lo que nunca haremos…
 

 
Adiós.
 

 
Entonces, el joven reconoció la letra. Era la suya…

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