Podría escribirte los versos más cursis;
seguir modas, trenes y faros;
tomar unas letras prestadas de aquí,
alguna imagen robada de allá
—la fotografía de una pareja perdida en el mar,
en la playa, en bosques, castillos,
donde quieras, chinga'.
Podría prometerte mil soles,
la luna, tus sueños.
Podría jurarte risueño
que mañana seremos los dueños
de un mundo
que pronto se cae.
Pero no sirve.
Ni tú eres mía ni yo soy tuyo.
Somos dos seres aparte,
que juntos no suman uno.
Dos caras
que se encuentran y observan;
dos personas que oyen
más allá de la mierda;
compañeros más allá de pantallas.
Apantalla
el brillo de tus ojos,
pero más el de tus palabras.
Me asombra
lo delicioso de tus labios,
pero más
la belleza de to'as tus metas;
lo bueno y los males,
cicatrices y golpes,
las risas,
los daños.
No te escribo cursilerías
por demostrarte mi amor,
porque pesan más mis llagas
que lo que callo.
Podría escribirte los versos más rosas,
pero ni tú los oirías,
ni yo
quiero recitarte engaños.
